30 mar 2011

Caminata a la Laguna del Toro y Laguna Negra

24 de marzo de 2011, día de la Memoria, amaneció un día hermoso: soleado y fresco,  sobre todo el primer día no laborable de un fin de semana largo..
De la reunión de prestadores turísticos de Zapala que había sido el día anterior surgió la idea de realizar una caminata a algún punto interesante de esta zona, como una forma de comenzar a plasmar parte de lo que nos habíamos propuesto: trabajar en conjunto para la difusión de los servicios al turismo.
Fue así como partimos: Cristian Vazquez (guía), Elisabeth y Gabriel informantes del Portal de turismo de la Municipalidad, El seño Leuco y yo.
Primera parada: la laguna del Toro.

Si bien, no está claro todavía que tan accesible es llegar a la Laguna del Toro, ya que justo ese día la tranquera para su acceso estaba abierta, se puede decir que es un oasis verde rodeado de pura estepa patagónica: ¡un espectáculo imperdible!

 
Laguna, flamencos, jotes, vertientes naturales.. 

A orillas de la laguna, se encuentra la que se dice fue la primera toma de agua de Zapala: una vertiente natural de la cual se veía fluir abundante agua hacia la laguna

Hasta allí habíamos llegado en auto, ahora llegaba la hora de comenzar la caminata: siete kilómetros hasta la Laguna Negra.
En un momento, Cristian me comentó que es importante en estos casos llevar provisiones y realizar los preparativos el día anterior.. así no nos olvidamos (como lo hicimos los cinco que fuimos): llevar calzado y medias acorde, una gorra, agua para ir tomando cada tanto, y algo dulce para comer y así reponer energías.
Así continuamos en un trayecto a ritmo tranquilo, salteando rocas y pinches, viendo el cordón del Chachil bajo el cielo celeste y cada tanto tratando de enfocar con la cámara las bandadas de flamencos que viajan en V, pero muy rápido...
Ese entorno da para la charla y para hacer amigos que nunca te hubieras imaginado.
Al llegar a un punto determinado, giramos hacia una depresión del terreno y allí estaba la Laguna Negra! Escondida por cierto. Más jotes, esos pájaros grandes que planean elegantemente y casi como si fuera un vuelo de bienvenida para nosotros los exaustos visitantes.
Bajamos entre las negras rocas volcánicas y allí descansamos un ratito, porque mucho tiempo no había, ni agua para tomar tampoco!

Descansamos un ratito, atamos los cordones y comenzamos la vuelta.
Otros 7 km de vuelta, ya un poco más cansados pero contentos con la travesía.


Al llegar nuevamente a la Laguna del toro, encontramos algunos arreos que vuelven ya de la veranda. 

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